La economía necesita combustible para moverse, pero el petróleo se agota y su alternativa natural, los biocombustibles, está empezando a preocupar a los productores de alimentos básicos. Además del problema de la sequía en Argentina y el aumento del consumo de cereales en China, los biocombustibles están influyendo en el alza de precios de la leche o el pan. Ahora se ha abierto una investigación sobre otra materia que puede convertirse en la nueva gasolina verde: la basura.

Mercedes Ballesteros, investigadora de la Unidad de Biomasa del Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas (Ciemat), afirma que producir etanol (combustible que se puede mezclar con gasolina para los motores de los coches) es posible a partir de residuos sólidos urbanos, es decir, de la basura doméstica orgánica. "Hemos buscado otras materias que no compitan con los alimentos y hemos optado por los residuos", comenta.

En la actualidad, los desechos orgánicos de cada hogar se destinan a los vertederos, bien para tratar, y en su caso incinerar, o bien para utilizarlos como compost que se destina a biomasa para la producción de energía o abono. Una nueva alternativa es que estas basuras domésticas se lleven a una planta específica para producir etanol. Ballesteros explica que, para poder obtener este alcohol, primero se separan los plásticos, metales, vidrios e inertes, que van mezclados con el resto de basura orgánica.

Celulosa en glucosa

Una vez que los residuos están limpios, se realiza un tratamiento químico con ácido diluido para convertir la celulosa en glucosa y de ahí obtener etanol. Los cálculos realizados en el laboratorio indican que para obtener un litro de bioetanol son necesarios entre 10 y 12 kilogramos de basura doméstica. "El destilado debe ser de calidad para obtener un combustible apto para automoción", precisa la investigadora.

Para poder verter el etanol en los depósitos de los coches, se debe mezclar con gasolina en una proporción de entre el 5% y el 10% de etanol. En los vehículos flexibles, que ya disponen de un carburador adaptado para esta mezcla, la proporción es 85% de etanol y 15% de gasolina.

El proyecto ya es viable en laboratorio y la empresa valenciana Imecal cuenta con la única planta en España que está llevando a cabo la producción de etanol a escala industrial que, por el momento, está en fase de demostración. El objetivo es que Ford España pruebe el bioetanol a finales de 2008 en algunos de sus coches flexibles.

Fuente: Público

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