Burjassot ha sufrido una nueva matanza de gatos. En esta ocasión han sido 30 los animales envenenados, al parecer por los 'vigilantes' de una obra. Este suceso es continuación de los incidentes ocurridos hace unos meses y que culminaron que una matanza de hasta 22 felinos, entre los que se encontraba una gata y sus dos crías, las cuales fueron sepultadas vivas. Y mes y medio después desaparecían otros ocho animales en el mismo punto.
La voluntaria que denunció el caso pasó la noche de ayer en el interior de un vehículo acompañada de dos perros para evitar que se reproduzca lo ocurrido, lo cual ha hecho ya en varias ocasiones en los últimos días. El envenenamiento se produjo hace unas semanas, pero hasta ahora no había podido encargarse del asunto debido a que estuvo ingresada en La Fe. Durante su estancia en el hospital salió el juicio por su primera denuncia, el cual tuvo que ser aplazado por este motivo.
Adela Ferrer cree que esta nueva matanza es una venganza por el seguimiento que está llevando de este suceso. Hasta tal punto se ha involucrado en el caso que ha decidido dejar su trabajo de limpieza en una casa. La vida de los gatos, a los que da de comer en una obra situada cerca de su casa, vale mucho para ella y no quiere perder más felinos. "Viviré y moriré por ellos", dijo.
Esta amante de los animales afirma que ha sido amenazada de muerte por los autores de los envenenamientos. "Me están haciendo la vida imposible, son gente muy peligrosa. Están conchavados con los que mataron a los gatos la otra vez. Ahora quedan unos 30 gatos y si me los matan me pasa algo. Pretenden que yo no venga más aquí y por eso los eliminan, pero llevo en este lugar desde hace diez años, ¡a ver quién puede más!", señala angustiada.
Una persona de su confianza la ayudó para intentar salvar a una gata de este último envenenamiento. El coste veterinario durante cinco días fue de 290 euros, que corrieron a su cargo ya que Adela no tiene recursos económicos suficientes.
Cada gato tiene su nombre. Cuatro de los que murieron eran hermanos de la que logró salvarse. Como Adela los crió dándoles el alimento con una jeringuilla les llamaba a todos así, Jeringuilla. Iba mañana, tarde y noche a darles comida cuando estaban vivos ya que todo su tiempo libre lo dedica a ellos.
Esta voluntaria ha pasado la noche en un vehículo vigilando en compañía de dos canes, un macho y una hembra. El perro es muy especial ya que logró salvarle la vida hace unos meses cuando se produjo un incendio en su vivienda.
Denuncia en la policía
Los hechos han sido denunciados de nuevo ante la policía, que ha visitado en varias ocasiones el lugar donde se produjeron. Adela llegó a ver muertos algunos de los felinos, pero el resto fueron retirados por los mismos autores de la matanza para dificultar su localización. Ella lo detectó enseguida, como ha ocurrido otras ocasiones, ya que los felinos no fallan nunca a la hora de recibir la comida que les proporciona.
El vehículo propiedad de Adela sufrió daños y le rajaron tres ruedas cuando se produjo el escalofriante enterramiento en vida de una gata y sus dos crías. Ella presenció la escena. "¡Por favor, que están ahí los gatos", gritó, pero recibió por respuesta: "Me ha dicho el jefe de la obra que tire el cemento aquí". Todo ello acompañado de risas por parte de los autores.
La defensora de estos felinos ha sido apedreada, aunque no teme nada: "Saben dónde vivo, pero me da más miedo por mis animales que por mí". Lunita, Blanqui, Negri, Rabito, Morito, Llorón y Jorgito son algunas de las víctimas que permanecerán siempre en su memoria. Todos ellos fueron "asesinados".
Fuente: LasProvincias
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