Tras el terremoto de 8 grados en la escala de Richter que ha sacudido Perú, algunas personas afirman haber visto luces en el cielo. En un principio, lo achacamos al fenómeno de la triboluminiscencia, la producción de luz cuando algo ha sido golpeado, rozado o triturado.
Sin embargo, como bien señaló Miguelags, la triboluminiscencia sólo se produce en la superficie de las rocas cristalinas que son fracturadas. Es decir, a decenas de kilómetros bajo la superficie, donde se ven las luces.
La explicación que dan actualmente los científicos es la existencia de portadores de carga eléctrica en las rocas ígneas. Estas partículas libres son, tanto electrones, como la falta de los mismos en la banda de valencia. Es lo que en los semiconductores de tipo P llaman hueco de electrón.
Al contrario que los electrones, los huecos de carga positiva son capaces de desplazarse a través de las rocas cuando son sometidas a grandes tensiones. De hecho, se ha visto que en el laboratorio pueden recorrer unos cuantos metros, por lo que se piensa que en la naturaleza, y con las grandes fuerzas que aparecen en los terremotos, podrían recorrer kilómetros.
Así, cuando llegan a la superficie, se produciría las descarga eléctrica que ionizaría el aire y produciría, no sólo las luces, si no también las emisiones electromagnéticas de baja frecuencia que se han detectado en otros terremotos.
Fuente: El erizo y el zorro
Sin embargo, como bien señaló Miguelags, la triboluminiscencia sólo se produce en la superficie de las rocas cristalinas que son fracturadas. Es decir, a decenas de kilómetros bajo la superficie, donde se ven las luces.
La explicación que dan actualmente los científicos es la existencia de portadores de carga eléctrica en las rocas ígneas. Estas partículas libres son, tanto electrones, como la falta de los mismos en la banda de valencia. Es lo que en los semiconductores de tipo P llaman hueco de electrón.
Al contrario que los electrones, los huecos de carga positiva son capaces de desplazarse a través de las rocas cuando son sometidas a grandes tensiones. De hecho, se ha visto que en el laboratorio pueden recorrer unos cuantos metros, por lo que se piensa que en la naturaleza, y con las grandes fuerzas que aparecen en los terremotos, podrían recorrer kilómetros.
Así, cuando llegan a la superficie, se produciría las descarga eléctrica que ionizaría el aire y produciría, no sólo las luces, si no también las emisiones electromagnéticas de baja frecuencia que se han detectado en otros terremotos.
Fuente: El erizo y el zorro
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