A la conferencia inaugural asistirán representantes de más de 100 países de todo el mundo, de los que una cincuentena ya han confirmado que firmarán el contrato fundacional de la agencia, cuyas bases se sentaron en octubre en Madrid.
Entre ellos no se encuentra de momento Estados Unidos, aunque con el nuevo presidente, Barack Obama, el país busca reposicionarse en su política energética.
La nueva agencia, la primera dedicada exclusivamente a las energías renovables, ha de convertirse en un contrapeso institucional a la Agencia Internacional de la Energía (AIE) y el Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
Desde ella se exigirá el paulatino abandono del consumo de petróleo, carbón y gas.
IRENA (International Renewable Energy Agency), se dedicará así a asesorar a los estados miembro para que ajusten su política y comiencen o mejoren la explotación y el uso de energías renovables como la solar, la eólica y la hidráulica.
España, Alemania y Dinamarca, los países que más esfuerzos realizaron para sacar adelante la IRENA, invitaron a todos los miembros de la ONU a la conferencia inaugural del lunes en Bonn.
El promotor de la idea y presidente de la Asociación Europea por las Energías Renovables (Eurosolar), el alemán Hermann Scheer, ha reiterado en numerosas ocasiones que el tiempo apremia, y que tras 20 años de discusiones ya no hay tiempo que perder, la agencia ha de empezar a funcionar lo antes posible.
Está previsto que en junio se decida cuál será la sede central de la nueva institución. El gobierno alemán ha propuesto que sea Bonn y no Berlín.
Fuente: Milenio
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