De confirmarse esta noticia, es una de las más importantes para el medioambiente desde que llevo mi blog. Al parecer, un grupo de investigadores del Instituto de Bioingeniería y Nanotecnología de Singapur ha encontrado la manera de convertir el dióxido de carbono en un biocombustible de metanol mediante un proceso seguro y no tóxico. Sólo espero que no luchen contra el invento todos los que se han gastado una pasta en reducir su huella de carbono. El hallazgo científico ha aparecido en la reconocida revista de química Angewandte Chemie. Según Gizmag, “los científicos han sido capaces de conseguir que el dióxido de carbono reaccione con un organocatalizador llamado N-Hetrocyclic Carbene (NHC) en condiciones templadas con aire seco”. Luego, unas gotitas de sílice y un toque de hidrógeno y toda la mezcla se somete a hidrólisis para producir el metanol. Lo mejor es que el NHC es un gas abundante, al menos en teoría.
Fuente: Gizmodo
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